Junto con L. Matamala colaboró en las obras del templo de la Sagrada Familia (1882; inacabado), de A. Gaudí, realizando los modelos de figuras humanas.
Posteriormente se marchó a París, donde entró a trabajar en la joyería Cartier y adquirió fama como orfebre. Poco después fue requerido en Londres para realizar encargos para las clases altas de Europa y también de América.