Estudió en la Llotja como discípulo de Rossend Nobas y después viajó a París, donde se formó con Carrier-Belleuse, y más tarde a Roma.
En su primera etapa participó en la elaboración de algunos monumentos de los inicios del Modernismo, como el Monument a Josep Anselm Clavé (Monumento a Josep Anselm Clavé, 1889; paseo de Sant Joan - Travessera de Gràcia), en colaboración con el arquitecto J. Vilaseca. Posteriormente, su lenguaje escultórico se caracterizó por un realismo formal en obras de expresividad bastante serena, como se puede ver en el Bust a Pepita Teixidor (Busto a Pepita Teixidor, 1917; Parque de la Ciutadella).
Recibió muchos encargos para realizar retratos y esculturas aplicadas a la arquitectura, tratados siempre con un estilo muy personal.
Se dedicó al mundo de la docencia como catedrático y director de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, la Llotja.