El hotel Sant Roc de Solsona se encuentra situado en un emblemático edificio modernista de principios del siglo XX, diseñado por los prestigiosos arquitectos Ignasi Oms y Bernadí Martorell, e inaugurado el 16 de agosto de 1929. Construido bajo los parámetros de la arquitectura modernista y de la mano de la familia Guitart, fue un hecho extraordinario para la Solsona de principios del siglo XX, una ciudad rural de 2.500 habitantes. La disposición de la fachada principal, sobre todo en el frontón triangular del coronamiento, recuerda los modelos tradicionales del norte de Europa, concretamente las casas que bordean los canales de Ámsterdam, y la Casa Amatller de Barcelona.
El imponente edificio es de piedra labrada y dispone de cuatro fachadas con nueve artísticas puertas de entrada e innumerables ventanas, algunas de estilo gótico. En la fachada principal puede verse un bonito vestíbulo y una tribuna lateral saliente. El conjunto del edificio está coronado por el característico escalonamiento de los piñones de fachada, la torre volada en el chaflán de la segunda planta y la geometría del zócalo con la macla prismática octogonal del chaflán de debajo.
La ejecución del edificio fue dirigida con excelencia, especialmente en los trabajos de las fachadas con esgrafiados de cal, la ebanistería interior y exterior, la escalera principal y los cielos rasos de las zonas más nobles. La geometría de las plantas presenta un cuerpo central casi cuadrado, al que se adosa un cuerpo rectangular a cada lado. Todo el edificio se articula alrededor de la escalera cuadrada y de un pasillo central. El hotel Sant Roc no se distingue sólo por su estilo modernista en la fachada, sino también por su decoración de interiores, marcada por el uso del hierro, el ladrillo y los azulejos, así como sus vitrales y los frescos de los techos de los distintos espacios. Es evidente que conviven formas historicistas, preferentemente neomedievalistas, con las líneas florales o sinuosas del Art Nouveau internacional. Aunque es un gran edificio en todo su conjunto, lo más emblemático y representativo es su composición arquitectónica exterior.
Desde el 20 de marzo de 2002, la familia Garrigasait está a cargo de la nueva dirección del hotel. Dado su estado de degradación propio de los años en que se encontraba el hotel a principios del siglo XXI, se ha llevado a cabo una rehabilitación marcada por una única prioridad: recuperar el máximo de elementos de su patrimonio cultural original para mantener el espíritu inicial del hotel. Y el resultado ha sido un hotel donde el Modernismo, el confort y el diseño de autor de enlazan. Elementos como los frescos y las pinturas, los grandes vitrales curvos, la forja de la escalinata principal o de las ventanas y los balcones, y los cuarterones de las columnas, entre otros, combinan a la perfección con lámparas de cristal de Murano, cuadros de autor y muebles de líneas más rectas.
El 15 de agosto de 2004 se inauguró la segunda etapa de su remodelación, coincidiendo con el 75º aniversario de la fundación de este emblemático hotel, que se ha convertido en un establecimiento hotelero de 4 estrellas.