La actividad económica del municipio de L'Espluga de Francolí, en la comarca de la Conca de Barberà, al pie de las montañas de Prades, depende básicamente de la agricultura y, en especial, de los cultivos de secano, la viña, los cereales, los aceituneros, almendros y avellaneros. Se trata de una población de tamaño medio que en 2001 tenía 3.611 habitantes pero dos museos abiertos al público: el Museo de la Vida Rural, ubicado en la antigua casona del siglo XVII de la familia Carulla, y el Museo del Vino, en el antiguo Celler Cooperatiu (Bodega Cooperativa). Este edificio es uno de los monumentos más notables del municipio, tanto por su valor arquitectónico como histórico. Es una de las bodegas catalanas más antiguas -la primera, la de Barberà de la Conca, data de 1895-, y fue proyectada por Lluís Domènech i Montaner en 1912 y construida, en tan solo diez meses, por su hijo, Pere Domènech Roura, colaborador en esos años en muchos de los proyectos de su padre.
La historia de la bodega está ligada a la de un hijo ilustre de la villa, Josep Maria Rendé i Ventosa (1877-1925), uno de los promotores del cooperativismo agrario en Cataluña, que inició su labor social en L'Espluga y la convirtió en pionera del asociacionismo rural. Rendé fue el alma de la Sociedad Cooperativa de L'Espluga que se fundó en 1902, cuando el campo empezaba a recuperarse de la plaga de filoxera; la siguieron la Caixa Rural, en 1905; el Sindicato Agrícola, en 1909, y, finamente, en 1912, construyó el Celler Cooperatiu que ahora nos ocupa. A pesar de los esfuerzos de Josep M. Rendé, fue la burguesía agraria la que sacó rendimiento del Celler, por lo cual los pequeños propietarios construyeron otro, justo al lado, en los años de la República.
La bodega se compone de tres cuerpos dispuestos paralelamente, el tercero de los cuales se añadió en una fecha tardía. Construido en ladrillo visto, se accede al edificio a través de unos amplios arcos apuntados y responde a los criterios de racionalidad constructiva que compartían Domènech i Montaner y Domènech Roura. En la actualidad, acoge el Museo del Vino, que integra el edificio en su discurso expositivo, sin olvidar la explicación del cultivo de la viña y los sistemas para la elaboración del vino, sea según el sistema tradicional, sea a partir de las técnicas modernas.