Agua y Liberty... son los términos que mejor sintetizan el esplendor que inundó San Pellegrino Terme, en Bérgamo, a principios de los años 1900, cuando en poco tiempo pasó de ser un pequeño pueblo rural a convertirse en un centro turístico internacional.
Gracias al ingente capital extranjero, el arquitecto Romolo Squadrelli y el ingeniero Luigi Mazzocchi realizaron dos de los mejores edificios Liberty del norte de Italia: el Casinò o Grand Kursaal y el Grand Hotel.
El edificio del Casinò consta de dos plantas, con dos exedras laterales que se extienden hacia el visitante como si quisieran abrazarlo. La estructura se caracteriza por dos torres que se alzan dotando al conjunto de impulso y fuerza escénica.
La fachada encarna algunas características propias del Liberty: la tendencia a utilizar nuevos materiales como el cemento, el hierro forjado y el cristal; y la constante presencia de motivos naturalistas. De la profusa decoración de la fachada cabe destacar los cementos artísticos de Giulio Groce en El triunfo de Baco, los discos con los rostros de grandes compositores, los numerosos elementos ornamentales de temática naturalista, entre los cuales se cuentan dos portalámparas de hierro forjado con temas florales, de Mazzucotelli.
En el vestíbulo encontramos el tema de la tierra, donde las flores constituyen un elemento característico. En el lado derecho, no podemos dejar de apreciar la bellísima cristalera Dios fluvial con hiedras y hojas de vid, de Beltrami.
Sin duda, el corazón del Grand Kursaal es su grandiosa escalinata central, flanqueada por dos portalámparas, dos figuras de jóvenes, una masculina y otra femenina, del escultor milanés Tagni. En la parte inferior de la escalera domina el tema del agua: se pueden admirar los paneles dorados que representan los Caballos de Neptuno. En el techo, donde se desarrolla el tema del cielo, se abre un tragaluz de cristales de colores que representan dos mariposas, signo de renovación de los tiempos. La luz natural ilumina toda la escalinata y las pinturas del techo, del pintor Malerba, que representan las doce constelaciones zodiacales y los meses correspondientes.
En el primer piso encontramos numerosas salas, todas profusamente decoradas, entre las cuales destaca el Salón de Fiestas, en cuyo centro llama la atención la vidriera de la Primavera.
En la otra orilla del río Brembo se erige el Grand Hotel, la gran obra que inauguró la etapa Liberty de San Pellegrino.
La fachada, caracterizada por el color rojo que imita el ladrillo, es rica en ornamentos florales y otros elementos simbólicos, como insectos, animales y figuras mitológicas. En el centro del complejo destacan las figuras de las cariátides, que casi parecen sostener el imponente pórtico de la base de la cúpula. En el interior, el diseño de las lámparas, de las molduras, de las tapicerías, reales o pintadas, presenta la estilización lineal que caracteriza el llamado estilo Liberty.
¡Si deseáis descubrir otras magníficas muestras del Liberty, no dejéis de visitar San Pellegrino Terme!