En 1941, Teresa Amatller fundó el Instituto Amatller de Arte Hispánico por deseo de su padre, el industrial chocolatero Antoni Amatller i Costa, con el objetivo de crear un centro de investigaciones de arte hispánico. Ocupa una planta noble del edificio que había sido su residencia y cuenta con una fototeca y una biblioteca de arte.
La Casa Amatller es una reforma de un edificio preexistente según un proyecto de Puig i Cadafalch. Los planos se presentaron al Ayuntamiento en 1898 y se remodelaron totalmente tanto la fachada como la disposición de las viviendas. Se añadió una nueva planta y se construyó un ático en la azotea, que quedaba escondido bajo el hastial que debía alojar un estudio de fotografía, gran afición del propietario. La fachada se inspira en los palacios medievales catalanes pero está coronada por un gablete escalonado de influencia centroeuropea. El conjunto constituye una muestra importante de la integración entre arquitectura y artes decorativas en los primeros años del Modernisme y conserva la ornamentación y el mobiliario originales.