La Casa Navàs es, por su singularidad, uno de los mejores ejemplos del Modernismo a escala europea. Construida entre 1901 y 1908 por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner y el decorador Gaspar Homar, la casa mantiene todas las estancias y el mobiliario original y es la única obra modernista de Europa que ha llegado hasta nuestros días tal como se estrenó.
El edificio lo encargó Joaquim Navàs, un rico comerciante de tejidos, en una época en que Reus estaba en plena efervescencia. Navàs y su esposa, Pepa Blasco, encomendaron a Domènech i Montaner la construcción de una casa-tienda en una de las esquinas de la plaza del Mercadal de Reus. El encargo tenía un presupuesto ilimitado, de ahí que se convirtiera en una de las obras más lujosas del arquitecto barcelonés.
Como segunda capital catalana, Reus fue una de las ciudades más bombardeadas de Cataluña durante la Guerra Civil española, y la Casa Navàs también sufrió las consecuencias. Por culpa de una de las bombas, en el año 1938 perdió la torre, gran parte del tejado y algunas de las dependencias del segundo piso quedaron destruidas. Después de la guerra, buena parte de las estancias fueron restauradas por los propios propietarios; sin embargo, la fachada aún presenta algunas importantes mutilaciones en la parte superior, como en el gran coronamiento y la torre, que conferían al edificio un aspecto elegante y esbelto.
Tras la actual imagen de edificio dañado se esconde el interior más completo, fantasioso y esplendido del Modernismo catalán. Entrar en la casa es como adentrarse en un gran jardín de piedra artificial lleno de florituras donde destacan las vidrieras de más de doscientos metros cuadrados de superficie entre claraboyas, tabiques, puertas y ventanas. También se conservan cerámicas, pinturas, tejidos de seda, lámparas... Para hacer todos estos trabajos, Domènech i Montaner se rodeó de los mejores artesanos de la época, como Gaspar Homar, Lluís Bru, Antoni Rigalt, Jeroni Granell, Eusebi Arnau, Pujol i Bausis o Hipòlit Montseny.