La difusión del Modernismo en Melilla es obra de un arquitecto de origen catalán, Enric Nieto i Nieto, que se estableció en la ciudad en 1909, poco después de terminar los estudios en la Escuela de Barcelona, y que permaneció allí hasta su muerte. Nieto fue el primer arquitecto que se afincó en la ciudad en plena competencia con los ingenieros militares que hasta entonces se habían ocupado tanto de los temas urbanísticos como de los estrictamente arquitectónicos.
El ingeniero militar Eusebio Redondo Ballester había sido el autor, en los primeros años del siglo, de varias planificaciones urbanísticas modélicas, desde los ensanches para residencias burguesas y con objetivos comerciales de Reina Victoria o de Alfonso XIII (1906), hasta un proyecto de "zoco" para los residentes de origen árabe o diversos barrios para obreros (1905-1907), más alejados del centro urbano. Realizó también un número considerable de edificios públicos y civiles, en algunos casos con influencias modernistas. Otros ingenieros militares trabajaron como arquitectos y realizaron una serie de obras que muestran claramente las influencias de este estilo y que han sido recuperadas por estudios recientes. Es el caso, por ejemplo, de Emilio Alzugaray Goicoechea, autor de un edificio de viviendas en la calle Cardenal Cisneros, 10 (1916), o del ingeniero de minas Luis García-Alix Fernández, que en 1926 proyectó un interesante garaje de estilo Secession.
Sin embargo, la imagen modernista de la ciudad se debe a la producción de Enric Nieto, el único que durante muchos años trabajó con el título de arquitecto y que desarrolló, además, una extensísima producción. A partir de 1910, poco después de su llegada, ejecutó una serie de proyectos con gran presencia del Modernismo, tanto en la concepción de la fachada como en el uso de la ornamentación. Podríamos citar, por ejemplo, el edificio para el periódico El telegrama del Rif (1912) -el más modernista de sus proyectos-, la Cámara de Comercio (1913), la Casa Tortosa (1914) o el edificio La Reconquista (1915). Como solían hacer los arquitectos de ciudades modernas, adapta también otros estilos, como el neoárabe y todo tipo de eclecticismos. Ya en los años 20, Nieto se sentirá atraído por la modernidad, primero la Secession y luego el Art Déco, y construirá una serie de viviendas de sentido plenamente moderno.