Greiz forma parte del estado alemán de Turingia, una región histórica alemana que se convirtió en estado tras la unificación, en 1994. A principios del siglo XX, sin embargo, era la capital de Reuss, un antiguo principado que desde 1306 hasta 1918 había estado en manos de la misma dinastía.
La ciudad, que ya citan crónicas redactadas en el siglo XIII, es de origen medieval y conserva un importante patrimonio de dicha época: dos castillos, el Oberes Schloss Greiz y el Unteres Schloss Greiz (el castillo alto y el castillo bajo); el Sommerpalais, una residencia de verano de estilo barroco, así como un gran parque de trescientos años de antigüedad. La ciudad se convirtió en un centro importante del Modernismo o el Jugendstil a consecuencia de un incendio que, en 1902, destruyó las construcciones de las calles más céntricas. Este hecho devastador coincidió, por otro lado, con la consolidación de una burguesía industrial que optó por dar la espalda al pasado medieval y que apoyó con entusiasmo el nuevo estilo.
En 1910 se inició la reconstrucción de todas las edificaciones de dos céntricas calles, la Marktstrasse y la Thomasstrasse. Como es habitual en las ciudades centroeuropeas, la arquitectura modernista está directamente influenciada por la estética del Jugendstil, como se puede apreciar, por ejemplo, en la distribución de llenos y vacíos en los muros o en las tipologías de las máscaras que decoran los capiteles de las pilastras de las fachadas. Pero a pesar de esta evidente dependencia, se pueden encontrar también rasgos próximos al gusto Art Nouveau, como la gran escalera de acceso a una de las casas de la Burgstrasse, de 1904, que está decorada con elementos florales estilizados.
El edificio más destacado del Modernismo en Greiz es el edificio de viviendas situado en la esquina de Burgstrasse con Marktstrasse, una gran construcción muy secesionista de muros de tonos claros sobre los cuales destacan las ventanas de formas limpias y recortadas y unas airosas tribunas. Justo en el centro de la fachada dispuesta en el vértice de las dos calles se sitúa un enorme plafón de mosaico vidriado de colores vivos y llamativos que muestra a un orfebre trabajando ataviado con ropas de tradición medieval, una alusión clara a la profesión del propietario. También vale la pena mencionar la Tunnelwappen (Túnel del Escudo) de la Thomasstrasse -que debe su nombre al hecho de que anteriormente había un acceso directo al mercado-, el elemento más prominente de la cual es el mascarón bajo la tribuna de la fachada con un original busto en actitud caricaturesca.